Un insulto al honor de una mujer casada cojiendo por dinero borracha

Un par de matones arrogantes, después de una fuerte libación de alcohol, decidieron saturar el útero con postre. El regalo fue servido por una joven camarera, Adele, que esperaba un generoso consejo de los clientes, pero no un descarado insulto al honor. Los bastardos arrogantes envolvieron al niño de manera descarada y muy hábil, le ataron las manos con una toalla y le pusieron una rodaja de naranja en la boca para que la víctima no gritara pidiendo ayuda. Los hooligans besaron a una niña indefensa en un casada cojiendo por dinero café, pero ninguno de los colegas se apresuró a salvar a la pobre niña de las garras de futuros elementos criminales.